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Mostrando las entradas de septiembre, 2014

Aprender por dolor o aprender por amor?

Cuando era chica escuchaba siempre a mis abuelos decir que “A golpes se hacen los hombres y a patadas, las mujeres”. Curioso. Bien patriarcal, bien machista. Los hombres no lloran, se estampan contra la pared, se levantan, ponen cara de sufrimiento sofocado por el  orgullo y siguen adelante. Se meten en sus trajes rígidos de letra de imprenta mayúscula y van por la vida repitiendo reglas y preceptos, o enojos y patadas, si no se cumplen. A lo macho. A los golpes, sin lamentos, sin expresión de dolor. Así se aprende? Así se crece? Por otro lado cuando alguien nos insiste en que dejemos de hacer tal cosa que nos daña, o nos damos cuenta nosotros mismos de que una elección que hicimos no nos causa más que insatisfacción, cuántas veces no redireccionamos el rumbo a tiempo y nos dejamos arrastrar, hasta que las circunstancias nos hacen tocar fondo “a fondo” recién para pegar el volantazo y cambiar el rumbo? Hay que dejar de fumar cuando estás al borde del EPOC? Cuando muere un